domingo, 26 de octubre de 2008

Los "frutos del mar" de Perú

Los “frutos del mar” de Perú

Acabo de presentar en mi blog Libroscocina, el libro de Gastón Acurio, “Cebiches, tiraditos y el arte de los pescados crudos”, lo que me ha permitido descubrir un montón de peces y mariscos, de los que no tengo ni idea.




Foto de: Cebiches, tiraditos y el arte de los pescados crudos

Al pie de esta foto, se nos habla de “conchas”. Bueno, en este caso se comprende que son las vieiras. A continuación menciona “el chanque”. Del que nos dice que es conocido como “loco” o “abalón”, y que puede comerse crudo. Por abalón entendemos la oreja de mar, tema que ya se comentó en este blog. De todas formas, los tres trozos que aparecen en la foto, no me recuerdan a nada visto anteriormente.


Foto de: Cebiches, tiraditos y el arte de los pescados crudos



En la segunda foto que presento –ambas del mencionado libro- se mencionan tres productos:

El caracol –es esa cosa gorda situada en el centro- que efectivamente me recuerda los caracoles de mar que pescaba en mi juventud, en Masnou, y una vez cocidos y fuera de la concha tenía este mismo aspecto.

Luego habla de la conchas negras –en el libro se mencionan continuamente conchas negras y conchas blancas- que imagino serán algún tipo de almejas.

Y finalmente está lo que más me intriga de todo. El erizo, que es lo que aparece en primera posición y que en las recetas se usa con mucha frecuencia y les llama “lenguas de erizo”. Me tiene verdaderamente desconcertado. No he podido localizar otro erizo que no sea el que presentamos hace ya tiempo, Los erizos de mar. No me puedo imaginar que estos lenguetones que aparecen en la foto, salgan del erizo que conocemos.


Foto de: Cebiches, tiraditos y el arte de los pescados crudos
El cebiche más afrodisíaco del mundo

En la lista de ingredientes de esta receta –para 4 personas-, leemos:

4 ostras
8 conchas negras
12 lenguas de erizo
4 conchas de abanico con o sin coral
Una cucharada de maca rallada
Una cucharada de pasta de ajo asado
Una cebolla roja
Un rocoto
20 limones
Una cucharada de cebolla china picada finamente
Una cucharada de culantro picado finamente
Sal al gusto
Pimienta blanca al gusto.

Centrándome solo en el marisco –nos saltamos lo de la maca y rocoto- y dispuestos ha aceptar almejas por conchas negras, la gran incógnita que tengo son esas “doce lenguas de erizo”, que además vemos perfectamente en la foto, y que son de buen tamaño. Escribiré a mi amiga Susana, que fue quien me regaló el libro, para que me descubra el misterio.

El propio autor, con ánimo de facilitar la localización de los ingredientes a los usuarios, incluye, al pie de cada receta una pequeña ayuda –ayuda que también suscita algo de incógnita-, que transcribo a continuación.


SI NO ENCUENTRA
Ostras, use almejas
Conchas negras, use el doble de conchas blancas
Erizos, use uñas de cangrejo
Maca, use kion rallado

Acabo de recibir la respuesta de Susana, y me dice lo siguiente:

Sebastián: en el el Perú y en Chile las lenguas de erizo son grandes y muy sabrosas, son lo mismo que tú conoces, pero grandes y de color medio anaranjado. El erizo peruano y chileno tiene el tamaño de un puño de mujer, aprox., y adentro están sus lenguas. Se me hace agua la boca!!! deliciosas. Las comemos la mayoría de las veces crudas con un poco de jugo de l¡món, sal y punto


Por lo que nos cuenta Susana, vemos que no es ningún monstruo marino desconocido, sino los clásicos erizos. En la entrada que menciono, Los erizos de mar, hay una foto –que ganó un premio precisamente, donde casi se ven las lenguas que nos intrigan.


Fotografía de Pablo Lara SantosOriciuValoración: 3.0/5 (120 votos)http://mas.lne.es/fotos/galeria.php?foto=747


sábado, 4 de octubre de 2008

Lubina del Mar Menor

Lubina del Mar Menor


Lubina, llobarro,
Loup de mer,
Wolfbarsch,
Sea bass
Branzino

En el Larousse gastronómico en español, leemos:
“…Apreciado desde la época romana, tiene una carne fina y densa, muy magra y delicada, y presenta pocas espinas. Permite preparaciones delicadas.”

Estos días han sacado gran cantidad de lubinas, de buen tamaño, en el Mar Menor. Siempre manifiesto mis dudas, pues me parece difícil conseguir estos peces, tan grandes, en el Mar Menor. Los entendidos me aseguran que sí, he incluso afirman reconocerlas por un ligero tono de color que las diferencia.

Mi sobrino Javier, que es ya un experto en el tema, me informa –su fuente son los pescadores- que los peces que tienen las agallas a la vista, es porqué se han pescado “al alba”, -cuando están en su mejor momento- y su sabor resulta más delicado.



Si observamos los de la foto, veremos que efectivamente tienen las agallas a la vista.

Para tomar estos frutos del mar y descubrir su sabor natural y más delicado, la forma perfecta es “A LA SAL”.

La siguiente propuesta –a mi entender- sería sacar los dos lomos, limpios de espinas, y hacerlos a la plancha, con la piel tostada, para tomarlos con una salsita aparte, que podría consistir simplemente en unos ajos, guindilla y perejil, fritos y con su aceite. De esta manera, el comensal puede degustar la lubina natural primero, para alternar a continuación con trocitos bañados con el frito.

Finalmente, una de las recetas clásicas –cuando menos por aquí- de la lubina, es:


LLOBARRO DEL MAR MENOR AL AJO PESCADOR
(Foto y receta del fichero sobre Gastronomía Regional Murciana,
de Adelaido Gómez Roth, publicado por La Verdad)

Ingredientes: (Para 4 personas)

1 llobarro de 1.200 grs.
16 dientes de ajo enteros y pelados
50 grs de mantequilla
100 grs de aceite
2 cucharadas de vinagre de vino
4 hojas de laurel
el zumo y la cáscara de medio limón

Preparación:

Se abre el llobarro por el vientre longitudinalmente, quitándole la espina sin acabar de desalmar por el lomo, se sazona con pimienta, sal, y zumo de limón y se pone en fuente metálica untada con mantequilla, con la piel hacia arriba, las hojas de laurel debajo y se le rocía con el vinagre.

En sartén aparte se pone aceite, ajos y cáscara de limón. Cuando los ajos empiezan a dorarse, se saca la cáscara de limón y se vierte aceite y ajos sobre el pescado. A continuación, se mete rápidamente al horno fuerte durante quince minutos.

¡Ah!, se me olvidaba. También podemos –antes de la lubina- tomarnos unos langostinos cocidos, que están riquísimos. Solo para esperar mientras aparece el plato principal.