sábado, 2 de marzo de 2013

Rape


Tenía pendiente hacer una foto de un rape, para ilustrar este comentario,  pero, afortunadamente se me ocurrió repasar Pescaderías Coruñesas y, después de ver esta maravillosa foto, lo consideré innecesario.

De jovencito, cuando los vehículos con matrículas extranjeras rodaban por nuestras carreteras descubriendo playas y localidades en su recorrido hacia el Sur, en sus paradas para degustar platillos locales, al presentarles la carta, en más de una ocasión me sorprendió el jolgorio que se organizaba cuando leían lo de "Rape a la marinera".

Y es que, en el diccionario inglés-español, leemos:
rape: n violación vt violar

Bromas aparte, también recuerdo que mi padre contaba que, en alguna ocasión, envolvían los lomos del rape con un paño y le hacían ligamentos, que, una vez el pescado cocido, imitaba los anillos que se destacan en las colas de langosta.

"Peces de mar y de río", página 171

"El rape es uno de los peces más extraños que se conocen. Su aspecto repulsivo hizo que anteriormente fuera desdeñado, pero ahora se reconoce la bondad de sus carnes.
...
... El primero de todos está colocado casi sobre la boca y recibe el nombre de "ilicio". Es una especie de filamento con un engrosamiento o lóbulo carnoso, que es bífido y está colocado en su extremo. Lo manda a voluntad y lo mueve para atraer a los pececillos cerca de su boca, por lo que a este primer radio se le llama también "la caña de pescar".


Rape de buen tamaño. En la foto vemos a Rafa el pescador, Andrés el cocinero y al rape, enorme, con su "caña de pescar" colgando.

El rape tiene una carne exquisita y muy sabrosa. Preparado a la plancha simplemente, es cuando descubrimos su verdadero sabor.

Pero tenemos que tener muy presente que todos, al igual que cualquier otro tipo de animal, no son iguales. No todos los rapes que llegan a nuestras manos han conseguido mantener una dieta adecuada ni se encuentran en su mejor momento cuando se les captura.


Con esto presente y para, en términos generales, conseguir el mejor sabor, lo ofrecemos con una receta que no falla; "A la molinera", meunière, rebozado con harina y frito con mantequilla y limón. Además, le añadimos un par de gambas frescas, y el platillo triunfa.