sábado, 24 de septiembre de 2011

ROSADA = CONGRIO COLORADO



En la década de los 80 descubrí y empecé a usar la rosada. Nos la servían en cajas de más de veinte kilos, congelada, y eran unas piezas estupendas. Mayores si cabe que las que vemos en la foto. Venían sin cabeza y las limpiábamos y separábamos en dos supremas que, como eran piezas grandes, se cortaban en filetes, de carne dura y blanca, limpia y sin espinas.

Tenía muy buena textura y consistencia y sin sabor, lo que se convertía en su principal virtud. Tomaba el gusto del condimento con que la preparabas, y resultaba un éxito.

¿Rosada? Ningún pescador sabía nada de rosada. Nadie conocía este pez. Si preguntabas al proveedor, te explicaba que esto lo pescaban en el Atlántico unos barcos que preparaban y congelaban las piezas, por lo que siempre nos llegaban en muy buenas condiciones.

Nosotros solo veíamos los pescados sin cabeza y a lo más que nos recordaban era a una serpiente marina. El aspecto era, o es, poco amigable. No parece un pescado, sino más bien un bicho raro. Pero la carne es muy buena; dura, resistente y blanca. Y sin sabor. Cuando algún producto marino no gusta, decimos que "sabe a pescado", lo que nunca ocurre en este caso.

Cuando empecé con el blog, en 2006, una de la primeras entradas fue ROSADA, dónde descubrí lo de Genypterus blacodes (la información que aparece en fishbase, es hoy mucho más completa que en 206) y poco más.

En 2007, seguí intentándolo y presenté ROSADA en salsa verde con patatas, pero sin avanzar en la información y detalles sobre el pez.  Ahí ya comentaba que, en ocasiones utilizamos rosada como pescado del caldero y nunca podía responder con exactitud cuando me pedían  explicaciones sobre el origen del mismo.




Hace unos días un comensal me comentó que le había encantado el arroz y también el pescado:

-¿Eso es congrio, verdad?
-¿Congrio? No, es rosada.
-Pues parece congrio.

Me dije para mi mismo que si, efectivamente, ¡parece congrio!. Su aspecto siempre nos ha recordado serpiente, anguila, morena, congrio... Bueno, nunca se me ocurrió lo de congrio. Me quedaba con las tres primeras similitudes.

Y hete aquí que me da por atacar nuevamente en Google con Genypterus blacodes, selecciono imágenes, y al momento me aparece la extraordinaria foto con que presento hoy esta entrada. 

Desde luego, muy rápido no soy. ¡Treinta años me ha costado descubrir que la rosada es un congrio!

También es verdad aquello de que; ¡Nunca es tarde si la dicha es buena!