domingo, 14 de agosto de 2011

Pulpo



El jueves pasado leí una noticia en La Verdad, titulada "Estudian la cría de pulpo de roca en las costas de la Región", lo que enseguida me interesó, pues sabemos que hay dorada, lubina, rodaballo y más peces que se crían en piscifactorías, pero, lo del pulpo, es nuevo para mí.
  
El pulpo ocupa, y ha ocupado siempre, un rincón de nuestro pensamiento. De jovencitos, gracias a lecturas, historias y películas, generalmente de la mano de Julio Verne con su capitán Nemo a bordo del Nautilus,

 

asociamos el pulpo con sus terroríficos tentáculos, capaces de arrastrar un barco a las profundidades, por lo que el primer conocimiento de este animal marino nos produce gran pánico. En la playa, en el mar, siempre imaginábamos que se nos podía enroscar un tentáculo que tiraría de nosotros hacia el fondo.

 
Pinchar para ver

Afortunadamente, ya de adultos, se cambian los papeles. Y es el pulpo el que, si fuera verdaderamente inteligente, sentiría pavor del ser humano y procuraría mantenerse lo más alejado posible.


En realidad, no llegamos a estos extremos, pero, el Pulpo a la Gallega, sí tenemos que confesar que nos motiva a la inmensa mayoría.

La receta es simple y sencilla. Cocer el pulpo, cortarlo en rodajitas y aliñarlo con aceite, sal y pimentón. También es cierto que las cosas sencillas tienen sus pequeñas trampas. ¡Cocer el pulpo! Ahí es nada.

Hay infinidad de trucos para conseguir que el pulpo se cueza y quede tierno y en su punto. Según los entendidos, las técnicas más destacadas suelen ser darle una paliza con un mazo de madera, congelarlo previamente, asustarlo varias veces -meter y sacar del agua al hervirlo-, e incluso hay quien incluye un tapón de corcho en la olla.

Mi sobrino Javier, siempre atento a curiosidades gastronómicas destacadas, me informó hace ya tiempo, que estaban dando en Canal Viajar, una serie titulada "A mesa puesta" y, en el capítulo correspondiente A Coruña, aparecía la PULPERÍA EZEQUIEL, que, si bien no tiene estrellas Michelin, si tiene el favor y la reputación de una enorme cantidad de seguidores y entusiastas de su pulpo a la galleta, que está considerado, sino el mejor de todos, si entre los primeros.

Quedé tan  sorprendido del sistema empleado para cocer el pulpo, que, me dije:
-A la primera ocasión, lo presento en Frutos del mar,
Y en eso estamos:

Foto de "A mesa puesta" tomada del televisor


Seguramente, y debido al enorme consumo de este cefalópodo le obliga al artista a tomar medidas adecuadas a sus necesidades.
                                                        
Foto de "A mesa puesta" tomada del televisor

La técnica de "golpear con un palo de madera", se actualiza a "usar una hormigonera".

Foto de "A mesa puesta" tomada del televisor

¡No parece mala idea! Una vez bien bateado el pulpo se recoge en un carrito

Foto de "A mesa puesta" tomada del televisor

Se le quitan ojos y boca

Foto de "A mesa puesta" tomada del televisor

y a cocerlos...


A intervenir en la última fase, nos atrevemos todos.
-¡Rico, rico!

11 comentarios:

  1. QUE GUSTO DA LEERTE Y APRENDER CONTIGO.
    SIGUES SIENDO UNA ENCICLOPEDIA DE LOS FRUTOS DEL MAR. OJALÁ PUDIESE TENER ESE TIEMPO QUE TANTO AÑORAMOS, PARA PODER LEER TODAVÍA MÁS, ES ALGO QUE ME APASIONA.

    MILES DE GRACIAS POR TU TRABAJO, AL QUE VALORO ENORMEMENTE

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  2. Que delicia!....no sabes como me gusta el pulpo...y leerte por supuesto!....aca llega pulpo congelado de Portugal....no es malo pero es de tamagno pequegno....me encantaria comer una de esas patas de pulpo grande!!....interesante informacion!!.....Abrazotes, Marcela

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  3. Amiga Marcela:
    El pulpo; grande, pequeño o mediano, está rico y sabroso en todas sus diferentes preparaciones, pero... el sabor de una rodaja de buen tamaño de pulpo a la gallega que suele servirse templado en ocasiones, al morder esa carne, que siendo fuerte está blanda, suelta gotas de un elixir marino que mezclado con el perfume del aceite, la sal y el pimentón... ¡inolvidable!
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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  4. Amiga Elena:
    ¡Siempre tan amable!
    Concursos de cocina, grades premios y cientos de comentarios en Cuatro Especias.
    Lástima que perdí el tren, sino, me estaba apuntando ya a la escuela de HARINA BLANCA.
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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  5. Ah Sebastián, mis recuerdos con los pulpos están lejos del temor despertado por Verne en aquellas lecturas, pues si bien, también las seguía con avidez, la realidad frente a los pulpos superaba aquella ficción. Yo jugaba con los pulpos en mi adolescencia, buceaba y los cogía con la mano, a veces, los acariciaba, sí, tal como suena, los dejaba marchar y ellos volvían como a dar las gracias. Muchos años después leí que los pulpos son como perritos del mar, inteligentes, sociables y entonces me dio una pena enorme. Sin embargo, me gusta su sabor y su textura, me gusta mucho, así que tengo que olvidarme de aquellos "amigos" para poder disfrutarlos en la mesa. Algo parecido me sucedió con los terneros que veía pastando por el norte o los corderitos, pero al grano, que si no soy ya vegetariana, tampoco vale lo de lamentarse. Siguiendo con el pulpo, mi forma de cocción preferida es la que los hace en su jugo, simplemente introduciéndolos en una cazuela bien caliente, sin más líquido ni nada, y se dejan a razón de 20 minutos por kilo de pulpo. Queda perfecto como una fórmula matemática, en su punto de cocción. La aprendí de ese excelente blog que tiene nuestro amigo Apicius y luego la he podido leer en algunos otros lugares.
    En fin, como siempre, enriqueces nuestra mente y estimulas nuestros paladares. Una suerte haber dado contigo.
    Por cierto, el sábado día 10 de Septiembre ¿vendrías a Alicante? Porque preparo un encuentro en casa y me encantaría poder contar contigo entre los asistentes ¿que me dices?
    Un abrazo.

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  6. Amiga Viena:
    Tu juventud a orillas del Mare Nostrum te descubrió algunas de sus maravillas, al igual que las estancias en el interior, en rincones rurales donde se convive con los animales domésticos, influyen en nuestros sentimientos. Sorprendentemente, lecturas y vivencias posteriores modifican y alteran nuestra mente. Para bien y para mal.
    Aunque no podré asistir -seguimos un ritmo diario muy determinado- te agradezco tu invitación que me hace feliz, pues me encantaría visitar tu entorno. Pensar que "hubiera podido", ya casi es media visita.
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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  7. Sebastián, espero que todavía lo pienses un poco, porque vendrán algunos blogueros a quienes aprecio mucho y seguro que tu conoces por la Red y me gustaría que estuvieras con nosotros. Desde luego puedes venir con tu esposa si lo deseas.
    Bueno, todavía quedan días y espero que lo pienses un poquito más.
    Un abrazo.

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  8. Hola buenas, soy juanjo y me gustaría contactar contigo para realizarte una propuesta.
    Esperando tu respuesta dejo un cordial saludo.

    Juanjo
    carritus.wordpress.com
    juanjoortizllares@gmail.com

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  9. Amiga Viena:
    Sabes que me encantaría visitarte y a mi esposa, hacer una escapada le resultaría extraordinario. Llevamos años sin poder despegarnos de la casa, por diferentes motivos. Personales unos y familiares otros.
    Hace seis o siete años me dio una especie de fobia, pánico, o como quiera que se llame, que me paraliza y me impide conducir e, incluso, viajar.
    Me quedo con las ganas de conocer a tu horno Alfredo y tus patatas al neumático.
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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  10. Sebastian, es maravillosos en articulo.
    No llego adivinar hasta donde puedes llegar, y eso que trabajas, cuando te jubiles, llegaras a ser un peofesional del periodismo ilustrados, trabajo de revistas profesionales.
    Un saludo.
    Antonio Corbalán.

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  11. Amigo Antonio:
    Siempre tan amable con tus cometarios. Desde luego, en tu página de Facebook se aprecia una gran actividad. Ahí funcionará tu gran capacidad de comunicación.
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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